La Habana (PL).- Cuando Stephen Hawking pidió «mirar a las estrellas y no a los pies» en los Juegos Paralímpicos de Londres-2012, el mundo una vez más fue testigo de la grandeza del reconocido astrofísico, fallecido a los 76 años.
Dos décadas antes, en los de Barcelona, expresó que «es hora de conseguir el mismo respeto por las necesidades de las personas con discapacidades».
Su relación con el deporte se remonta a los años de la universidad, cuando fue miembro del equipo de remo de Oxford y ejerció como timonel de la embarcación mientras estudiaba la carrera de Física.
Diagnosticado a los 21 años con una Esclerosis Lateral Amiotrófica (ELA), enfermedad motoneuronal, Hawking tuvo que enfrentar la vida desde una óptica diferente y resistir el acecho constante de la muerte.
Contra todos los pronósticos, la enfermedad comenzó a avanzar con mayor lentitud, aunque con el paso del tiempo lo dejó con movimiento solo en dos dedos y algunos músculos faciales.
En 1985 perdió la voz tras someterse a una traqueotomía, pero siguió comunicándose gracias a un sintetizador vocal conectado a un ordenador.
De este modo, buscó siempre la manera de seguir creando, como un verdadero atleta de la vida en una carrera constante y con metas definidas.
«Sigue aunque todos esperen que abandones. No dejes que se oxide el hierro que hay en ti», aconsejó la Madre Teresa de Calcuta. Por suerte para el mundo, Stephen Hawking nunca se detuvo.
«Fue un hombre extraordinario y pionero para todas las personas con discapacidad en el mundo. Representaba la habilidad de la palabra más que nadie», expresó Andrew Parsons, presidente del Comité Paralímpico Internacional.
Parsons agregó que «los atletas paralímpicos ven los desafíos como oportunidades para hacer las cosas de manera diferente. Aunque no era un deportista paralímpico, Hawking hizo justamente eso, encontró respuestas innovadoras para superar su discapacidad y mejorar su trabajo».
La inauguración de los Juegos Paralímpicos de Londres-2012 se convirtió en el escenario para mezclar ciencia y deporte. Encargado de abrir la ceremonia con un discurso, el físico británico fue más allá del origen del universo para compartir una lección de vida.
Mientras el estadio se convertía en un gigante acelerador de partículas, Hawking aseguró que «también los Juegos Paralímpicos transforman la visión del mundo y proporcionan a los deportistas una oportunidad de superarse y sobresalir con sus talentos».
«Es necesario mostrar al mundo que, independientemente de las diferencias entre individuos, siempre hay algo en lo que uno es bueno», añadió.
Considerado el heredero de Albert Einstein, revolucionó la Física con sus teorías del espacio-tiempo, el Big Bang y la radiación de los agujeros negros.
Entre sus múltiples investigaciones, hubo una ligada directamente al mundo del fútbol: la «Teoría del penalti perfecto». En ella aborda con datos estadísticos, las formas más efectivas de ejecutar un tiro penal.
Según Hawking, el 84 por ciento de los penaltis lanzados altos y a la escuadra acaban en gol. De igual modo, aclaró que deben cobrarse con el interior del pie, teniendo en cuenta la velocidad ligada a la colocación.
Sin embargo, no pudo demostrar si un jugador zurdo o diestro tiene más opciones de anotar, aunque pronosticó cierto beneficio para los rubios y los calvos. «Es una de los mayores misterios de la ciencia», señaló.
Asimismo, durante el Mundial de fútbol de Brasil-2014 analizó los datos de las competiciones anteriores para determinar las posibles condiciones que favorecerían el triunfo de la selección de Inglaterra.
«Como todos los animales, el equipo de Inglaterra es un animal de costumbres. Estar cerca de casa reduce el impacto negativo de las diferencias culturales y de horario», subrayó.
Otros elementos como el clima y la distancia también fueron estudiados por el científico. «Un aumento de cinco grados reduce las opciones de victoria en un 59 por ciento y tenemos el doble de opciones si jugamos por debajo de los 500 metros sobre el nivel del mar», explicó.
De igual modo, precisó que Inglaterra tenía más posibilidades de ganar si utilizaba el uniforme rojo y el 4-3-3 como formación, en lugar del 4-4-2. En este contexto, resaltó su predilección por los árbitros europeos.
Más allá del científico tradicional, intentó acercar a las personas a las complejidades del universo desde el sentido del humor, su deporte favorito.
Este 14 de marzo, justo cuando se conmemoraba otro aniversario del natalicio de Albert Einstein, el mundo dijo adiós al físico que nació un 8 de enero de 1942, 300 años después de la muerte del matemático italiano Galileo Galilei.
La Madre Teresa de Calcuta sentenció: «Haz que en vez de lástima, te tengan respeto. Cuando por los años no puedas correr, trota. Cuando no puedas trotar, camina. Cuando no puedas caminar, usa el bastón… ÂíPero nunca te detengas!».
Stephen Hawking fue más allá del bastón y se convirtió en un deportista de la Física. Ganó carreras a los agujeros negros, conquistó la magnitud espacio-tiempo y siempre supo que más allá de la meta, el verdadero triunfo lo tiene el universo.
Stephen Hawking: el deportista detrás de la ciencia
Por Rachel Pereda Puñales